Poemas recientes de La Mística del Verso































 VOCES DEL SILENCIO

Primera Voz: La Incertidumbre





Busco palabras
para no perderme
en furias alegres
de figuras tristes.
Rostros que fingen
todo un espectáculo
de remedios tibios
y magias remotas.

Yo busco la vida
y la busco a tientas
y la busco loca
para hacerla ahora
un poco más visible
para hacerla alegre
sin tornarla nunca
en trama burlesca
o imagen circense.

Yo busco la vida
frente a interrogantes
que se hacen lejanos
solos y distantes…

¿Pócima divina,
santiguo, alabanza?
¿Algo que me unja,
me toque, me abrace?
Algo que me cubra
y transforme sombras
en pasos gigantes.

Que renueve en risas
todas mis angustias y
haga de mis lágrimas
un halo, una estrella,
un algo admirable…

Yo busco la vida, sí,
la busco en las calles.
Buscándola a ella
me encuentro
a mí misma.
Encuentro mis venas,
mis ojos, mi sangre,
mi rostro que absorto
recoge del mundo
la noticia abrupta,
la risa absoluta.

Me dicen algunos
qué no vea el humo
que hay por todas partes.
Qué no sienta hedores
tercos, repugnantes.

Qué no escuche cosas
tontas y triviales.
Qué siga mi marcha.
Qué no vea a nadie.
Qué siga tan sólo
que siga adelante
frente a tanto absurdo.

Qué no sea heroica
ante el miserable
o el incauto aquél
tirano arrogante.

-¿Qué puedes hacer?-
me preguntan muchos.
-¿Qué hay por resolver?
Y en tono de burla
hay quien me señala
hay quien me disputa:

-¿Qué torne en sorpresa
lo grotesco y burdo?
¿Qué teja en palabras
un milagro nuevo
que haga nuevo al mundo?

Yo busco una llave
que abra al Universo
y otorgue en un beso
todos los secretos
callados y ocultos.

El sueño perdido,
el rosal del cielo,
la risa gozosa,
el ferviente anhelo
de decir te amo,
de otorgar perdón
aun desde el abismo
donde se han dormido
grandes ideales,
grandes sentimientos
por siglos de siglos.


Si encuentro la vida
me encuentro al instante.
No me daré prisa
la hallaré despacio.

Me daré la vuelta
reanimaré el paso.
Seguro la encuentro
en cualquier esquina.
Cuando no la busque
seguro la encuentre.

Estará escondida
tras de una sonrisa
o se habrá escapado
como signo cierto
de mi incertidumbre.

¿La hallaré acaso
frente a una pregunta
frente a mil silencios
frente a los secretos
callada en el tiempo
en mi nacimiento
ya desde la cuna?

Seguro la encuentro
si no me doy prisa…

La vida me espera
sé que está aguardando.
Tierra hará regazo
y estará conmigo
por siempre a mi lado.


¡Por fin la he encontrado!
camina a mi lado
y estará conmigo
lo estará por siempre
me abrirá los brazos
ya desde mi tumba.









Segunda Voz: La Súplica


Ocaso desolado parece tu vida
vas desmemoriada, orate, perdida.
Un desierto de recuerdos
te azotan como rayos
y dejan sin saberlo
surcos, rastros, heridas.

Tu rostro acongojado
se pierde en los sentidos
y dejas tras tus huellas
todo lo que querías.
Haces lejanos: nombres,
años, meses, días.

Desconoces a todos
tu sombra te intimida.
Es una eterna noche
una lenta agonía
porque frente a tus ojos
se te escapa la vida.

Miradas perforantes
cual dardos se avecinan
y el corazón se duerme
aunque el pecho palpita.

Intervalos amorfos
imágenes ya muertas
muerden con cruel asombro
tu alma enloquecida.

Sientes cuando despiertas
que no eres, que no has sido
y en lágrimas amargas
conjugas el olvido.

Tu cuerpo nada siente
eres polvo y cenizas.
Murmuran tus dientes
un silencio pausado
un eco largo y vago
en una voz cansina.

Llevas mirada inerte
como humo triste, abandonado.
¡Oh, qué la muerte te acaricie
y que el olvido se aparte
cual cieno encrudecido!

Que un nudo de recuerdos
avive tu suerte.
Yo no puedo perderte
así tan desaprendida
sin otorgar esfuerzo
por renombrar quién eres.

No hay peor maldición
que morir en sí misma
sin que tu historia mortal
al menos te revista.

No hay mayor dolor
que perder el control
frente a la inercia
que entra cual ladrón
a robar tu existencia.

Escribes todo, mas
pronto todo olvidas
y entre penumbra y sollozo
eres un muerto en vida.

Los capullos cerrados
de tus ojos caídos
las arrugas quebradas
de tus benditos labios
pregonan ante el mundo
gritan ante ti misma
que ya no eres
lo que has sido...

Hay quien pide al cielo
no pensar
hay quien suplica
por no querer cargar
el pensamiento aturdido;
tú ruegas no olvidar
por retener lo querido.

Sólo el amor podrá
salvar la corrosión mental
que trae el alemán
que hunde en el abismo.

Enfermedad y condena
por una muerte lenta
mas con amor
se libertará tu alma
encadenada, perdida, ausente.

Se puede resistir
la esperanza, lo ha dicho.
Para poder vivir y no sólo existir
ante la nada y el vacío
de la gangrena hambrienta
que hemos llamado olvido
sólo el amor será
el más potente alivio.

Nunca deja de ser
quien realmente ha querido.

Frente al infierno amargo
de grave enfermedad
la fuerza de tu amor
ha de ser tu lenitivo.











Tercera Voz: La Razón


Coeficiente ancestral
estuviste presente
en todo paradigma
diste vida y muerte
a Newton, Galileo
y a Madame Curie.

Van Gogh de tu mano
lleno de amargura
dejó cual testigo
un cielo salpicado
en millón de estrellas
y el genial Picasso
en formas geométricas
abrió la mordaza
en dimensiones éticas
para hacer estética
la maldita guerra.

Cual clamor agreste
te llama la muerte
y vas pintando vida.
Dejas en la orilla
modelada arcilla
de gris, negro, blanco
y el mundo se rinde
frente a tus encantos.

Bañado en tu sangre
dejé a un lado:
poder, suerte y hambre.
Me ofreciste a cambio
la inocencia breve,
la ilusión perdida.

Al compás de espera
me vendiste a Mozart,
a Chopin y a Vivaldi
con sus cuatro estaciones
gocé la primavera.

Hoy que visto otoños
como pentagrama
un ciclo constante
de arpegios perennes
piden que regreses.
Yo espero que vuelvas.

Cual rosa fragante
soledad de espanto
por saberte frágil
por besar tus labios
maduros e inertes,
he borrado el tiempo
y olvidé nombrarte.
Natura no espera
que nutras con lluvia
mi lengua cansada.

¡Oh, prefiero estar viva!
No quiero ya verte
aunque sufra sola
la angustia silente
de un poeta ausente.
La muerte no asusta
si tengo tu esencia
aun en la penumbra.

Prefiero morir
naciendo poeta
que vivir de paso
como piedra dura
como árbol plantado
que en triste vacío
se acerca al olvido
y muere de hastío.

Quiero sin nombrarte
seguir siendo río
que busca en un rayo
un sueño perdido.
¡Quizá te encuentre un día
al salir de mi cauce...!

Tu nombre es gaviota
invocado por las Eternidades
de un noble y buen poeta
quien quiso seducirte
cambiándote una letra.

Estar contigo implica
un fuerte compromiso.
Estar contigo es peso,
dolor y sacrificio
frente a la fría inercia
amarras como vicio.

No sé si podré verte
cuando ya no respire
y me cierren los ojos
y mi cuerpo se aferre
a este tesón de tierra.

Prefiero ahora mirarte
o correr tras tus huellas.
Sentir que puedes darme
la luz de alguna estrella
la fugaz mariposa
que en libertad de vuelo
deja su vida toda
dejando un ala rota.

¡Oh, no puedo
no puedo nombrate!
porque eres maldición que
evade al ignorante
y me haces sentir viva
aunque no vea a Dios.

Inteligencia dame
los sueños que sostienen
la imagen de un cadáver
que clama que lo toques
como una brisa suave.

Déjame con tu sombra
la luz que resucita.
Déjame por pensarte
que me levante,
que ande...












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